martes, 23 de abril de 2013

Cartas absurdas para Abel. Primera parte.





Le retour du marche
William Adolphe Boguereau




Abel, siento decirte que me he enamorado de un esquimal.

Estos cinco días no he estado en Tenerife, en realidad estuve en un centro marino que hay en la península pero no puedo decirte cuál porque aún no está autorizado. Están adaptando una familia extraña de pingüinos a nuestro clima y en el intento fenecen tantos que nos tienen prohibido comentarlo hasta que por fin se consiga la nueva genética. La peculiaridad de estos individuos radica en que ponen los huevos las hembras (como es lógico), y ellas mismas los incuban ingiriendo los que no llegan a cuajar bajo un extraño ritual que consisten en que al tiempo que se aparea, "con un león marino", el pingüino macho le ofrece los huevos, empujándolos con el pico! ¡sí, con el pico! qué curioso ¿verdad?

Aprovechando estas rarezas de la naturaleza… en el laboratorio intentan conseguir una nueva especie leónidapingüina. Por el momento son híbridos extraños los que nacen, ave y mamífero ya ves…. En fin, este no es el tema del que quería hablarte, sino más bien de la relación entre Engué y yo.

Es el asesor personal de los pingüinos, bueno... mejor dicho, asesor animal. No es veterinario sino un entendido en la materia. Tiene construido un iglú en el recinto porque no consigue adaptarse a nuestras altas temperaturas. La verdad es que se duerme bien allí dentro... entre pieles de oso polar y almohada de plumas pingüináceas. Engué tiene una enorme caña con la que nos satisfacemos las ansias de hambre en tan inhóspito lugar. Habla cuatro idiomas: catalán, bable, chabacano y portugués.

Y es por eso, porque me gustan las personas distintas, el motivo por el que me he sentido atraída por este individuo de 1.50 m. de altura que me canta cada mañana la canción de...tu piel morena sobre la arena, nadas igual que una sirena...

¡Me encanta…! Qué enamorada estoy. Tiene una candidez polar...

Pero lo peor que llevo son los besos.

         Un abrazo de quien fue tuya.


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