"París a través de la ventana". Marc Chagall |
Suspiró profundamente y recogió dos cubiertos mientras miraba
ensimismado hacia la ventana. Aun tenía nublada la vista pero comenzaba a tener
conciencia de sí al notar el tacto frío del metal. Con la mano libre se apretó
los labios (gesto que siempre hacía
mientras pensaba). Notó un sabor metálico y cierta pegajosidad. Los vellos se le
erizaron. Con gran lentitud palpó en la
mesa sin bajar la vista y halló lo que temía: el cuerpo inerte del agregado.
Introdujo la
mano en un bolsillo y tomó la "capsulita mágica", como él la
llamaba. A los pocos minutos miró hacia abajo y halló lo que deseaba: nada.
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