jueves, 2 de mayo de 2013

Hojas del laurel

William Adolphe Bouguereau



Deleitándome con la Zarzuela
a mi pensamiento han venido,
tal imborrable dolor de muelas...
nuestros momentos compartidos.

Así podría comenzar
una poesía a tu persona...
con ripio y música al compás,
por si el verso desentona.

Bonito estaba quedando,
lo de la Zarzuela, ya ves...
Aunque antes, amiga, quiero
elogiarte con laurel.

Pero no encuentro árbol en el campo,
ni entre las especias de mi alacena...
ramita de tallos verdes
para cubrir tu melena.

Cada palabra será una hoja
que tu frente rodeará,
tú calla como una diosa
y escucha esta verdad:

Si la vida fuera un juicio
y mi castigo tu  amistad...
¡Bendita sentencia la mía
y quién me quiera condenar!



                                                                                                               Esperanza




http://letracateta.blogspot.com.es/2013/04/presentacion.html


4 comentarios:

Antonio Carrillo Tundidor dijo...

"Alacena"

Preciosa palabra, que utilizaba mi madre y ahora utiliza mi esposa, ambas de Cádiz.

Es una palabra con olor

Esperanza Clímaco dijo...

En casa la utilizamos todavía. Me gusta más que despensa aunque tampoco suena mal.

Gracias Antonio, por echarle un vistazo al blog, espero que hayas disfrutado.

Un abrazo.

Francisco González Oslé dijo...

En casa de mi abuela la usábamos mucho "alacena"... Era a donde me dirigía a coger los juguetes antiguos de mi tío... Esa palabra huele a humedad, al menos así era en casa de mi abuela.

Esperanza Clímaco dijo...

Curiosa las acepciones de la palabra alacena en los distintos lugares de nuestra Andalucía. Mientras sean gratos recuerdos no importa si huele a humedad lúdica, a queso o a especias.

¡Abrazos!